La incorporación del método científico en niños y niñas de las escuelas de nuestro país y su contribución al desarrollo de propuestas creativas y comprometidas con el ambiente es el corazón de La Greencubadora, un programa de apoyo a clubes de ciencia que abordan temas ambientales.
¿Es posible construir una huerta reciclando neumáticos? ¿Cómo conservar y reproducir un árbol bajo cuya sombra Don José Artigas y Joaquín Lenzina (“Ansina”) mateaban en Paraguay? ¿Cuál es el abono más nutritivo para la huerta de la escuela? ¿Qué consecuencias tienen para el ambiente los residuos tóxicos que generamos al desechar nuestras computadoras? ¿Qué tan eficientes son los compost de lombriz para descomponer residuos orgánicos?
Estas son algunas de las preguntas que en 2018 motivaron a niños y niñas de diferentes escuelas a desarrollar proyectos de investigación vinculados con la naturaleza y el cuidado del ambiente. Cinco de esos grupos obtuvieron el apoyo de La Greencubadora, un programa de apoyo a proyectos escolares de investigación ambiental dentro del ámbito de Clubes de Ciencia, una iniciativa creada, producida y financiada por empresas privadas e implementada por el equipo del Programa Socioambiental de El Abrojo.
La Greencubadora existe desde 2017 y ha apoyado a grupos de escuelas públicas en diferentes localidades del área metropolitana (Montevideo, Canelones, San José).
Para participar, los Clubes de Ciencia de las Escuelas de la Zona Metropolitana se postulan a través de la página web de La Greencubadora para recibir el apoyo de tutores durante el desarrollo de su proyecto. Para ello presentan una breve propuesta de investigación y explican la motivación que los lleva a solicitar el apoyo.
En 2018 fueron seleccionados los grupos de las escuelas de Parador Tajes y San Antonio del Departamento de Canelones, de la Escuela N° 45 de la ciudad de San José, de la Escuela N° 16 de Montevideo y un grupo de la Escuela Solar de Artigas de Asunción del Paraguay, sí, Paraguay, una escuela uruguaya en dicho país.
Proyectos apoyados en 2018
SOBRE RUEDAS: Cultivando alimentos saludables sobre neumáticos en desuso, la huerta de la escuela va “sobre ruedas”.
Escuela rural Nº4 de Barrancas Coloradas, Parador Tajes, Departamento de Canelones.
MINIQUÍMICOS: Analizando el mejor suelo para producir mejores alimentos.
Escuela Rural N° 25, San Antonio, Departamento de Canelones.
LOS TÓXICOS: Conociendo materiales tóxicos de nuestras computadoras y sus efectos en el medio ambiente al desecharse.
Escuela N° 45, San José de Mayo, Departamento de San José.
LA VERMICOMPOSTERA: Evaluando la mejor manera de procesar alimentos orgánicos a escala doméstica.
Escuela N° 16 “Suecia”, barrio Cordón, Departamento de Montevideo.
PEQUEÑOS CIENTÍFICOS ARTIGUISTAS: Protegiendo y reproduciendo parte de nuestra historia. Escuela Solar de Artigas, Asunción del Paraguay.
La Escuela, el conocimiento y el mundo real.
Las tutorías llevadas adelante se basan en la metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), la cual genera el entusiasmo e interés de niñas y niños al trabajar sobre temas que les motivan; además, son ellos mismos quienes buscan las respuestas a las preguntas que se plantean.
Se busca favorecer la organización y seguimiento de la investigación, sacando el mayor potencial de enseñanza y aprendizaje en cada etapa de la misma: aprender a plantearse preguntas, ponerse objetivos medibles, proponer una metodología a implementar, obtener resultados, evaluarlos y compartirlos.
Se trata de expandir la mirada, para ver cómo con sus conocimientos y experiencias logran atravesar los desafíos que se puedan imaginar.