Todo empezó con un video, que todavía se conserva en la sede de El Abrojo.
Es material en bruto, fragmentado, con abundantes voces de los que filman dando instrucciones a los filmados. Comienza con la vida cotidiana de Ruth, una mujer en pareja y con hijos que lucha cotidianamente por mantener su familia, por subsistir, por mejorar su vivienda. Luego aparecen otras mujeres, cosechando remolachas (nos enteramos que con las hojas de remolacha se puede hacer una buena pascualina), atendiendo el teléfono en una oficina, manejando un taxi…