
El 22 de octubre de 2014 se inauguró La Planta Durán, la última de las tres plantas del Plan de Gestión de Envases en Montevideo.
Situada en el Barrio Peñarol, por Camino Durán y Antonio Taddei, hace dos años y medio funciona con 28 trabajadores y trabajadoras del barrio. Antes de que existiera la planta, todos los trabajadores/as eran clasificadores de residuos, tenían carros y recolectaban basura de toda la ciudad, la clasificación la realizaban en sus casas con sus familias.
Desde que integran la planta de clasificación su situación laboral y personal cambió considerablemente. Así lo resaltaron dos de las trabajadoras que están desde los inicios de la iniciativa, Sandra y Chana. El contar con un espacio y maquinarias para la clasificación de residuos, el no tener que recorrer la ciudad en un carro con sus hijos e hijas, contar con implementos de seguridad, derechos laborales, horarios de trabajo, capacitación permanente y un equipo técnico que asesora y apoya, son los principales cambios que los y las trabajadores/as consideran.
Además del trabajo diario, se armó una comisión de Comunidad y Medio Ambiente, integrada por ocho clasificadores/as. La comisión recorre el Municipio G dando talleres a distintas poblaciones, vecinos y vecinas de la zona, escuelas, liceos, comisiones barriales, entre otros. En estas instancias se resalta lo importante que es pensar a la hora de tirar la basura, de clasificar los residuos que se genera en cada casa. Lo que se puede clasificar: cartón, papel blanco, papel de color, vidrio, latas, plástico transparente, plástico de colores, tetra pak, metales, y lo que no sirve como los residuos húmedos.
Además de trabajar clasificando residuos, reciben capacitación en distintos temas como seguridad laboral, derechos laborales, sexualidad, género entre otros. Por ejemplo Chana y Sandra actualmente están aprendiendo a leer y escribir gracias al programa de alfabetización de Primaria.
También están armando una huerta y tienen planes de hacer compost con los residuos húmedos que llegan a la planta para tener verduras para cocinar.
Ayer, jueves 27 de abril, fue un día un poco atípico porque recibieron la visita de los y las adolescentes del Centro Juvenil Paso Joven de Paso Carrasco. Veinticuatro adolescentes más cuatro educadores invadieron la planta! Chana y Sandra les hicieron el recorrido por las instalaciones, les contaron de su trabajo, de las tareas y del proceso de clasificación de la basura, desde que llegan los camiones con los residuos hasta que arman los fardos para vender los productos clasificados. Los gurises y gurisas percibieron la dimensión de la cantidad de basura que generamos y la importancia de clasificar y del valor ecológico y económico de los residuos.
Los chiquilines colaboraron pegando tapitas en un mural que están haciendo en la planta y los trabajadores les regalaron muchas tapitas para realizar varias actividades en el Centro Juvenil, y quedó la invitación sobre la mesa, ahora los clasificadores tienen que ir a visitarlos a Paso Carrasco.
Tanto los trabajadores de la Planta como los adolescentes de Paso Joven conocieron otro lado de El Abrojo. El Abrojo que trabaja con personas en situación de vulnerabilidad y les brinda oportunidades laborales, experiencias protegidas de trabajo y hace conocer y ejercer sus derechos, y el Abrojo que empodera a adolescentes, promueve sus derechos, y les hace conocer otras realidades. Aunque la misión de un área y otra es siempre es la misma: la mejora de la calidad de vida de las poblaciones participantes a través del fortalecimiento de la autonomía ciudadana, el desarrollo de la sociedad civil y la articulación de los diferentes actores sociales.
Agradecemos a todos y tadas los/las trabajadores/as de la Planta y a Magui, Paola, Daniela, Verónika, Edén y Walter (equipo técnico de Planta Durán) por recibirnos a todos/as y estar abiertos/as a todas nuestras preguntas.
Compartimos reflexión de Marie, voluntaria francesa que también visitó la planta:
La planta de clasificadores y todos los efectos que suscita ilustra perfectamente la noción de responsabilidad ecológica. Esta problemática ambiental es hoy en día unas de las preocupaciones principales de cualquier país de mundo. El problema es que pocos se dedican a investirse en el reciclaje por el costo que genera. Sin embargo nuestra tierra sufre y tenemos que actuar ahora. Es un real progreso que hizo Uruguay en este sector, si lo comparamos a sus vecinos.
La planta se ubica en el Peñarol. Es una de las cuatro que existen en Montevideo. En esta planta de clasificación todo es bien arreglado, cada cosa se encuentra en el lugar en el que tiene que estar. El vidrio, el cartón, el acero todo está separado en cajas. Este centro, aislado del ruido de la capital, además tiene una dimensión social flagrante. Concentrados, y productivos, ahí se pueden encontrar unas personas de muy buena onda, felices, y que saben exactamente cuál es su tarea. La planta refleja un ambiente muy relajado y a la vez eficaz. La gente sale satisfecha de lo que cumple a través esta acción ecológica, y se siente reintegrada al sistema laboral.
El encuentro con los jóvenes de Paso Joven fue igualmente muy productivo. Ellos escucharon atentamente y entendieron la importancia de reciclar. Se mostraron muy entusiasmos en cuenta a las prácticas. Ellos pudieron darse cuenta de las toneladas de residuos que produce el ser humano, y entender el efecto negativo que genera la acumulación de estos residuos. Si la clasificación suena necesaria y útil en las mentes de los más jóvenes, un 80% del trabajo es hecho. El trabajo se hace gracias a la sensibilización para que sea, en seguida un reflejo.
Me hizo pensar en dos iniciativas que existen en Francia. La primera llamada “Les jardins du plateau picard” obra para que la gente sin trabajo y en dificultades sociales se reintegra al sistema laboral cuidando una huerta. Las verduras que cultivan son biológicas se venden en cestas de diferentes tamaños. Estos tipos de iniciativas están creciendo en Francia. La otra iniciativa relacionada es un movimiento que se chama “Nettoyons la nature” (limpiemos la naturaleza). Este fue creado en 1997 por un convenio con la cadena de supermercado Leclerc. Esta limpieza tiene lugar cada ano y implementa alumnos de escuelas y del colegio.